miércoles, 9 de junio de 2010

Como un Gerente determina el precio justo

La definición de precio corresponde al valor monetario que le aplicamos a nuestros servicios o bienes en el momento en que los vendemos. Para poder decidir cuál será el precio o los precios de nuestros productos podemos llegar a utilizar dos métodos diferentes: el método de costos, que requiere sumar todos los costos del producto y posteriormente sumarle el margen de ganancia que deseamos, por ejemplo, el 30%. Y por último, el segundo método es el de promedio de mercado, que se trata que tomar la determinación del precio de nuestro producto, basándonos únicamente en el promedio de todos los precios de los productos parecidos al nuestro que existan en diversos mercados.

Sin embargo, tomar la decisión de qué precio ponerle a cada uno de nuestros productos, no debería ser nunca una tarea tan sencilla, debe ser una decisión bien analizada y meditada. Los dos métodos mencionados anteriormente no deben utilizarse exclusivamente, pero sí deben tomarse muy en cuenta en el momento de tomar la decisión sobre qué precio establecer, es importante saber siempre cuáles son los costos generales de nuestros productos, de manera tal que, por ejemplo, tratemos de alejarnos lo más posible del verdadero punto de equilibrio, en éste los costos son iguales a las ventas. Siempre debemos tener noción de cuál es el promedio general del precio de los productos que se asemejan a los nuestros, de manera tal que nos ayude y nos sirva de referencia para, por dar un ejemplo, no alejarnos demasiado de ese promedio.

En el momento que tomamos la decisión de definir el precio de nuestros productos, es necesario que nos pongamos siempre en el lugar de un consumidor, cuánto pensamos que estarían dispuestos a pagar por esos productos (los nuestros), dados los precios de los productos similares de nuestra competencia (sean tanto productos complementarios como similares al nuestro) dadas las diversas características de nuestro producto, su exclusividad, sus beneficios, el lugar donde se venden, la identificación de la marca, etc.

Antes de tomar la decisión de poner un precio bajo es recomendable buscar una diferencia notable (algo original que podamos ofrecer a los consumidores que cualquiera de nuestros competidores no lo hayan hecho), por dar un ejemplo, la calidad en el servicio. Tomar la decisión de bajar el precio es una opción muy sencilla de neutralizar por toda nuestra competencia y también es muy difícil de poder mantenerla vigente por un tiempo relativamente prolongado, por ello es un arte fijar el justo precio.

Prof. Mario Héctor Vogel

http://www.gerente.co.cc

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